Estos “infiernillos”, como se les conoce, son uno de los lugares
turísticos particulares de Ahuachapán. Se ubican en los cantones Los Magueyes,
Suntecumas, Tacubita, Chipilapa y El Barro.
Fueron descubiertos por el español García de Polanco en 1576, y el escritor
mexicano José Vasconcelos los llamó “las antesalas del infierno”.
En 1968 se comenzó a aprovechar este tipo de energía y Ahuachapán se convirtió en la “capital geotérmica” de Centro América.
La energía geotérmica utiliza el calor interno de la tierra o del subsuelo que sube en forma de vapor a la superficie. La riqueza eléctrica que se obtiene de este mineral es de gran importancia para el territorio salvadoreño, además de ser uno de los espectáculos maravillosos del lugar.
En 1968 se comenzó a aprovechar este tipo de energía y Ahuachapán se convirtió en la “capital geotérmica” de Centro América.
La energía geotérmica utiliza el calor interno de la tierra o del subsuelo que sube en forma de vapor a la superficie. La riqueza eléctrica que se obtiene de este mineral es de gran importancia para el territorio salvadoreño, además de ser uno de los espectáculos maravillosos del lugar.
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